
Nunca un volcán había generado tantos dolores de cabeza ni había afectado a tantas personas. El contacto de la lava con el hielo del glaciar produjo explosiones (como ocurre con la mezcla de agua y aceite caliente) que pulverizaron el material volcánico generando más ceniza y humo de lo normal, casi el triple. Su propagación por los cielos de Europa ha obligado a dejar aparcados los aviones durante días, con su respectivo caos. De Alan Jürgens y Raúl Camañas. Información de Domingo Gimeno Torrente.
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